En algunos casos de dispareunia (dolor con las relaciones sexuales) no encontramos fácilmente una causa. Hablamos de esos casos más complejos donde hacemos exploración y cultivos y aparece todo normal, y no detectamos nada a simple vista.
En estos casos, es necesario hacer una valoración más detallada y descartar posibles causas, como pueden ser:
- Desequilibrios en la microbiota (disbiosis).
- Enfermedades autoinmunes como el liquen escleroso vulvar.
- Otras enfermedades dermatológicas como la dermatitis atópica (en ocasiones hay que tomar una muestra para realizar biopsia).
Además, pueden existir otras causas.
¿Sabías que pueden existir otras causas que no están en el propio tejido vulvovaginal, sino en otros planos?
Veamos:
- En el plano muscular: por ejemplo, una hipertonía en los músculos del suelo pélvico (este caso suele requerir fisioterapia de suelo pélvico). Este tono aumentado que impide la penetración es lo que llamamos vaginismo.
- En el plano vascular, como el síndrome de congestión pélvica.
- En el plano neurológico, y aquí -a su vez- tenemos otros dos planos:
En los receptores del dolor, como ocurre en la vulvodinia, que es un dolor en la vulva provocada por una disfunción de estos receptores.
En los nervios que conducen la sensibilidad dolorosa, como ocurre en la neuropatía del pudendo (el daño se encuentra en el nervio pudendo). A este tipo de dolor se le denomina dolor neuropático, que a su vez puede ser periférico (si el problema de la inadecuada conducción de la sensibilidad dolorosa está en el nervio), o central (cuando la inadecuada interpretación del dolor está en la médula espinal o en el cerebro).
Otra cosa que puede ocurrir cuando se cronifica el malestar en los genitales, es que se extienda y afecte también al vecino sistema urinario, y se mezclen así síntomas vulvovaginales (picor, dolor, escozor vulvovaginal…) con síntomas urinarios (dolor al orinar, sensación de ganas constantes de orinar, etc.). Es lo que conocemos como síndrome genitourinario.
“El dolor neuropático puede ser periférico (si el problema de la inadecuada conducción de la sensibilidad dolorosa está en el nervio), o central (cuando la inadecuada interpretación del dolor está en la médula espinal o en el cerebro)”
Sea cual sea el origen del dolor, no te conformes: el dolor no es normal, y tiene tratamiento. En Clínicas MiriamGine ponemos a tu disposición nuestro equipo de profesionales especializadas. A veces puede ser necesario un enfoque multidisciplinar, y nuestro equipo estará encantado de ayudarte diagnosticando el origen del dolor para así poder solucionarlo.
Dra. Miriam Al Adib Mendiri.
Licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Extremadura.
Especialista en Ginecología y Obstetricia.
Colegiada Nº 06/5634